martes, 23 de junio de 2015

#EDUCM CAP 1

CAPITULO 1


Todo empezó en la secundaría yo estaba un poco pasada de peso y Peter siempre me dijo cosas por eso, después el ultimo año empece a bajar de peso para entrar con un cuerpo envidiable a la preparatoria, nadie de la secundaria mas que Peter quedo en la misma y en el mismo salón, maldecía el momento en cuanto todos entramos y el cruzo por esa puerta, también a la vez no, porque siempre me ha gustado y porque ahora no me diría de cosas ya que tengo buen cuerpo ahora, pero aún así había muchas cosas que habían cambiado, tanto como su nueva novia que me caía tan mal, como nuestra amistad.. 

2 años después... 

Ya iba a tercero de prepa estaba feliz, pero a la vez no porque no quería alejarme de mis amigos.. Me levante con muchas ganas de ir a la escuela, solo los primeros días me entran las ganas ya el segundo, el despertador lo hace..

Xxx- ya sal de la ducha-. grito mi hermana desde el otro lado de la puerta.-

Lali- ya voy-. grite mientras me secaba rápido

Salí y recibí un ' ya era hora' de mi hermana.. yo solo me metí a mi habitación y cerré la puerta, me vestí con el uniforme y me maquille solo un poco, y cepille mi cabello haciéndome una coleta, salí de mi habitación y fui para abajo

Lali- buenos días-. le dije a mi mama.-
Majo- buenos días que bueno que bajaste ya esta-. dijo poniendo un plato en frente.-
Lali- no tengo hambre-
Majo- no es mi problema tienes que comer-

Termine de comer, ya eran las seis cincuenta y cinco así que le grite a mi hermana porque ya se nos hacía tarde

Lali- Cande, ya vamonos-
Cande- ya voy-. grito bajando las escaleras.-

Termino dándole una mordida a un emparedado y salimos de casa, nos dirigimos a su deportivo y salimos para la escuela, bueno yo ella ya tiene veinte así que esta en la universidad, la próxima semana se cambiaría de casa eso quería decir que tendría su cuarto el mas grande de la casa, SÍ!

Cande- ya esta, nos vemos bye-

Lali- bye-. le dije cerrando la puerta del auto.-

Entre llena de miradas de chicos, tal ves por que en las vacaciones mis pechos habían crecido un poco pero no le di importancia mis pensamientos se esfumaron cuando apareció Euge mi mejor amiga...

Euge- Hola-. dijo sonriente.-
Lali- hey hola que pasa?-
Euge- nada, solo que ayer... empece a salir con Nico-
Lali- el amigo de Peter?-
Euge- si ese mismo-
Lali- que bien, no lo creo..-. si lo creía nadie se le resiste a Euge tiene el mismo cuerpo que yo, pero unos ojos verdes y un carisma que ilumina a cualquiera.-
Euge- bien pero entremos a clases quieres?-
Lali- de acuerdo-

Seguimos caminando hasta que llegamos, nos sentamos eran mesas con dos sillas cada una, esta bien tendría a Euge como compañera, sonreí pero esa sonrisa se desvaneció cuando el profe dijo que Euge iba en otro lugar, yo me puse triste al igual que ella, me voltee y me puse, creí que quedaría dormida todavía recuerdo muy bien ayer el ultimo día de vacaciones...

~FlashBack~

Lali- no Euge ya no mas-
Euge- como? otra.. otra-. dijo igual que todos.-
Lali- maldita me las pagaras-. dije tomando una cerveza a fondo pero como de un tubo.-

Todo gritaron ' eres genial' 'estuvo bueno' yo me reía como loca al igual que mi amiga

Lali- ya ahora si vamonos-
Euge- pero que.. esta buena la fiesta muchos de la escuela vinieron y uno que otro no esta.. nada mal-

Lali- por dios!. vamonos-. dije riéndome.-

A lo ultimo me obligo a tragos y tragos a quedarme y termine completamente borracha en casa de Angélica, ese día me castigaron...

~Fin FlashBack~

Abrí mis ojos de nuevo y lo que mire hizo que abriera los ojos como platos.. A Peter lo habían sentado A MI LADO... 

Peter- hola. dijo con mucha felicidad.-
Lali
- diablos-. dije para mi sola.-

Peter me beso en el cachete!!!! que le pasaba...

Lali- porque tanta amistad ahora?-. le dije sin creerlo.-
Peter- siempre fuiste mi amiga solo que de diferente forma-. dijo riéndose.-

Lali- oh dios-. dijo poniéndome en la posición de hace rato.-

Así paso el rato, salimos a descanso y Euge estaba con Nico, no contare como... voltee al otro lado y estaba Peter igual con Paula una morena igual que yo, delgada y con buen cuerpo igual que yo, pelo largo y castaño igual que yo, acaso hay algo que ella sea que yo no? Sí. ella era una puta y yo no.. seguí leyendo el libro que ya hacía hace rato, cuando sentí que alguien se sentó a mi lado..

Lali- Gas-. dije abrazándolo.-
Gas- hola-. dijo igual.
-
Lali- que tal tus vacaciones?-. dije cerrando el libro.-
Gas- muy buenas y las tuyas-
Lali- también-. dije alegre.-

Termine de platicar con el y tocaron, todos entraron.

NUEVA NOVEEEEE

ENAMORADA DE UN CHICO MALO.

Sinopsis

Lali

En una escuela siempre hay putas, zorras y para que les cuento.. todo tipo de animales, hay miles de chicos guapos pero solo uno, ese al que siempre estas viendo y te quedas tirando baba por un segundo también hay amigas hipócritas y amigas de verdad, pero en fin... la historia comienza cuando teniendo a miles de chico de quien enamorarse se enamora del menos indicado si, Lali la chica mas guapa, sexy y que no todos pero si los mas guapos están detrás de ella, pero ella no tiene tiempo para nadie en su corazón mas que para Peter un chico guapo, musculoso, sexy, rudo y jefe del equipo de Fútbol y el jefe de grupo, desgraciadamente el tiene novia, y Lali le cae no mal, pero no la soporta no se soportan mas bien, los dos son igual de insoportables a veces se entienden en algunas cosas, solo que Peter tiene un secreto muy fuerte, serán que están hechos el uno para el otro?


DESPUES DE UN TIEMPO VOLVI Y AHORA QUE LLEGA EL VERANO SUBIRE PRONTO LOS CAPS
EN UN RATO SUBO EL CAP 1

miércoles, 3 de junio de 2015

Extra #4

CAPITULO EXTRA #4


El día de San Valentín se supone es todo-sobre-el-romance. El día en que nos salimos de nuestro camino para mostrar a nuestras parejas cuánto los adoramos. Los hoteles anuncian paquetes amorosos de fin de semana que incluyen masajes para parejas, habitaciones con luz de velas y sabanas de seda. Los restaurantes están totalmente reservados con meses de anticipación. Los productores de películas inundan los teatros con horribles comedias-románticas, los floristas se lanzan para llenar las órdenes y los fabricantes de dulces cambian la producción a toda marcha.
Un montón de mierda.

Si estabas esperando alguna historia mullida sobre mí, incluyendo lencería-roja cubriendo a Lali y un oso blanco sosteniendo un corazón que dice ―Be Mine vas a estar decepcionada. Porque el día de San Valentín es una maldita estafa. Un fraude. En realidad, es una brillante estrategia de marketing. Creo que Charlie Brown le dio más sentido cuando dijo: —Incluso mi perro se volvió comercial.

Era un chico inteligente, tristemente subestimado. Aunque nunca me gustó Lucy– era una perra.
Pero mi punto es, el día de San Valentín no tiene nada que ver con la pasión– y mucho menos que ver con el amor. Si necesitas unas vacaciones para recordarle a la persona que amas que la amas, estás haciéndolo mal.
Cuando estás realmente enamorado, cada día es el día de San Valentín. Lali está en mi mente cada momento –a veces en el fondo – pero está ahí. Constantemente estoy pensando en nuevas maneras de satisfacerla, hacerla sonreír, y ella hace lo mismo por mí. Flores, masajes, pequeños regalos y gestos calientes– para nosotros no son una ocurrencia de un año, son parte de nuestras vidas. No requiere trabajo o premeditación, surge naturalmente.
Y así es cómo se supone que es.
Lo cual es exactamente porque, aunque este es el primer año que tengo una novia el día de San Valentín –o en cualquier momento de hecho– nos estamos boicoteando. Tirando toda la maldita cosa. He hablado con Lali sobre ello –le explique mi teoría– y porque no sólo es bellísima y preciosa, sino también una empresaria brillante, práctica, está totalmente de acuerdo conmigo.

No vamos a jugar el juego de ellos. Los ejecutivos corporativos en Mensajes De Corazón, LLC pueden tomar sus pequeños caramelos y metérselos por el culo.
Debido a nuestra opinión compartida en la ridiculez de ese día de fiesta, no me preocupo cuando Lali camina en la cocina usando un vestido rojo que cae por encima de su rodilla, una chaqueta roja a juego y unas botas-jódeme negras hasta la rodilla. Lali luce fantástica en rojo.
Bueno, se ve mejor sin nada en absoluto – pero el rojo es definitivamente un cercano segundo lugar.
Ella sonríe con gratitud como le entrego una taza de café. Nos sentamos en la mesa – yo mirando el periódico mientras estoy comiendo cereales y Lali tiene un yogur.

—Entonces...— Pregunta — ¿Cómo está tu horario hoy?
—Bastante ligero, en efecto. ¿Y tú?

Ella me mira sobre el borde de la taza de café. Casi... expectante. Entonces responde

—Nada importante. Debería estar en casa relativamente temprano.

Un artículo sobre el 3D y la tecnología de impresora atrapa mi atención, mientras coincido con ella

—Sí, yo también.

Todavía estoy viendo el artículo cuando Lali ofrece

—Podría escoger un filete y langostas camino a casa. ¿Qué tal un poco de tierra y mar para cenar?

Me encojó de hombros

—Claro, si eso es lo que quieres.

Suspira.
Y miro mi reloj. Tenemos que irnos. Con toda la nieve que ha caído recientemente, llegar al trabajo, incluso caminando, toma para siempre y un día. Lali pone su taza de café en el fregadero y se dirige a la puerta. Sostengo su largo abrigo de lana para ella y se desliza en él.
Luego agarro su cintura, girándola y besándola profundamente. Completamente. Una mano se mueve desde su cadera para enterrarse en su suave cabello – sosteniendo su cabeza justo donde quiero mientras mi boca se mueve con aspereza contra la suya. Al principio Lali está sorprendida, pero luego entra en ello, mordisqueando y chupando, manos acariciando y aferrándose.

Cuando finalmente tiro hacia atrás, respira pesadamente

—¿Qué fue eso?— pregunta.
—Eso fue sólo porque puedo. Y porque hoy te ves hermosa.

Sonríe brillantemente

—Gracias.

Yo también sonrió

—Puedes agradecerme después.

Y juntos, nos dirigimos hacia la puerta.

Te acuerdas de la afición de mi padre por las celebraciones, ¿verdad? Bien. Entonces no debería ser ninguna sorpresa, que cuando Lali y 
yo pisamos el piso cuarenta de nuestro edificio de oficinas, mi viejo está ahí repartiendo claveles rojos a cada empleado.
Él está ataviado con un traje azul marino perfectamente cortado con una camisa de color rojo oscuro, corbata roja y un pañuelo rojo con rayas azul marino asomando de su bolsillo. Se ve como un asesor financiero de Cupido.

O un chulo exitoso.

—Feliz día de San Valentín, Janice.
—Gracias señor Lanzani.
—Feliz día de San Valentín, Mark.
—Usted también, señor Lanzani. Gracias.

Lali y yo nos acercamos y él le entrega una flor a ella

—Y un muy feliz día de San Valentín para ti Katherine. Disfruta tu clavel, conociendo a hijo, va a ser el único que te van a dar hoy.
—Gracias, John. Eres muy amable. — Huele su flor.
—¿Claveles?— pregunto—. ¿No podíamos comprar rosas?
Le da una flor a otra transeúnte. Entonces me informa—. Dianthus caryophyllus. Es el nombre científico del clavel – traducido significa ―flor de amor o ―flor de los dioses.
—No lo sabía.
—Lo creas o no hijo, hay mucho que no sabes.
—Escojo no creerlo, gracias.

Mi padre es versado en mi opinión de esta fiesta en particular. Por eso continúa

—No hay nada de malo en hacer sentir apreciados a los empleados. Valorados. Por lo menos una vez al año, especialmente si están solteros y pasan el día solos.
Soltero y solo no son sinónimos. De hecho, el día de San Valentín es el día menos solitario del año. Chicas por toda la ciudad están esperando, buscando cualquier fragmento de romance que puedan encontrar. ¿Y si no pueden? La mayoría felizmente se conformará con un increíble polvo con un desconocido al azar.
Sí, lo digo por experiencia. Demándame.
Niego con la cabeza


-Sólo estás alimentando el monstruo corporativo, papá. Es un agujero negro, me niego a hundirme en eso.

Lali presiona los nudillos en su frente, dramáticamente

—Rápido, atrápame. Estás siendo tan romántico que me voy a desmayar.
Sonrío ante su sarcasmo—. Romance es subjetivo.
Incluso aunque sonríe, los ojos de Lali parecen un poco... decepcionados. Descorazonados—. Sí, ciertamente lo es.
Luego se vuelve a mi padre—. Feliz día de San Valentín, John. —Me mira—. Nos vemos, Peter
Y se aleja a su oficina.
Y ni siquiera me besa.
Eh.
Mi padre empuja un clavel en mi cara—. Aquí tienes, hijo. Tengo la sensación de que lo vas a necesitar.
Tomo la flor y camino hacia mi oficina. Me detengo en el escritorio de Cande justo mi puerta – por el enorme jarrón de largos tallos de rosas rojas y gipsofila encaramado en su escritorio. Atados al jarrón están dos globos de corazón flotando que dicen: ―Be My Valentine.
La sonriente cara de Cande asoma por detrás de la monstruosidad floral—. Maravilloso, ¿verdad?
Niego con la cabeza—. ¿Es tuyo, Cande?
Se encoge de hombros—. Son de Josh, el jugador de béisbol de liga menor con el que empecé a salir la semana pasada. Se va para entrenar en Florida por unos pocos días.
Frunzo el ceño—. Te das cuenta que los jugadores de béisbol son notoriamente infieles, ¿verdad?
Suspira pensativa—. Sí, lo sé. Pero tiene un culo en el que puedo rebotar, así que es un riesgo que vale la pena tomar.
No puedo discutir con eso.
—¿Qué planes tienes para ti y para Lali?
—Nada.
Su rostro se pone en blanco—. ¿Nada? Pero es día de San Valentín. Su primer día de San Valentín en pareja.
—¡No es ni siquiera una verdadera fiesta!— Sostengo—. ¿Sabes quién fue San Valentín? Fue un mártir, que fue asesinado el 14 de febrero –su corazón fue arrancado mientras aún latía. Eso es lo que se está celebrando. No hay nada feliz sobre eso.
Todavía está escéptica—. ¿Y Lali sabe que te sientes así?
—Sí.
—¿Y está bien con esto?
—Claro que sí. Lali es una mujer práctica. No necesita toda esta mierda. Lo que tenemos va mucho más allá de dulces y jodidas flores – ella está de acuerdo conmigo.
—Okay. Si tú lo dices, jefe.

Frunzo el ceño. Y me dirijo a mi oficina.
¿Por qué es tan importante? Como he dicho, Lali y yo estamos profundamente, terriblemente enamorados. Ella sabe lo que significa para mí. No tengo que caer en consonancia con el lavado de cerebro comercial para demostrárselo.
Y ahora me estás mirando igual que Erin.
Puedes olvídalo. No me voy a rendir– no voy a conseguirle nada a Lali para el día de San Valentín y ella está muy bien con eso. Caso cerrado.

Lali

—Realmente no va a conseguirme nada para el día de San Valentín. No puedo creerlo. ¡Hijo de puta!
—Bueno, te dijo hace tiempo que no cree en eso, ¿no?— pregunta Delores, a través del teléfono de la oficina que tengo en mi oído.
—Sí, me lo dijo. — Respondo a regañadientes.
—¿Y dijiste que estabas bien con eso?— aguijonea ella.
—Sí.
—Entonces ¿cuál es el problema, dulzura?
—¡Pensé que estaba mintiendo! ¡Pensé que me estaba tendiendo una trampa para algo muy romántico, algo que nunca voy a olvidar, sorpresa! —Trato de razonar.
Ella suspira. Y entonces se ríe, y escucho la voz amortiguada de Matthew en el fondo. Porque están juntos. Pidieron permiso en el trabajo, para un viaje de tres días a esquiar en las montañas nevadas de Pennsylvania. Que Matthew había planeado y arreglado para ellos.

Romántico, ¿no?

Odio a Matthew ahora mismo.
Y no estés tan sorprendida por lo bien que Dee-De se está tomando el abandono de Austin a sus deberes de novio. Aunque generalmente salta a la oportunidad de señalar lo indigno que es, en este caso en particular – en realidad está de acuerdo con él. Dee nunca ha sido una fan del día de San Valentín. Tradicionalmente lleva todo de negro en señal de protesta, incluso durante los años cuando tenía un novio.
Pero este año es diferente. Matthew Fisher lo hace diferente.
Sinceramente, estoy muy feliz por ella. Celosa– pero feliz. Verde de envidia – pero feliz. Tal vez un poco amarga, pero... tú me entiendes.
—¿Por qué no le dices que quieres celebrar el día de San Valentín? ¿Eso es importante para ti? Él es un gilipollas, pero no es un idiota. Estoy segura de que sacaría todas las paradas.
Enredo el cable del teléfono en mi dedo y me quejo—. No es lo mismo. No cuenta si tengo que decirle.
Dee toma un bocado de algo y habla mientras mastica—. ¿Quieres que Matthew se lo diga?
—No, —Gruño— Eso no cuenta tampoco. —Cuando Delores hace una pausa para tragar, pregunto—. Estás comiendo chocolate, ¿no?
—Uh huh. Y está bueno.
Hago pucheros—. Quiero chocolate.
Dee suelta una risita—. ¿Te das cuenta de que tú misma eres completamente capaz de comprar un poco de chocolate?
—Lo sé. —Pero eso no es lo mismo tampoco. Todo el mundo sabe que el chocolate sabe mejor cuando alguien te lo da.
Esta vez, se ríe – y sé que es en respuesta a algo que Matthew ha dicho o hecho—. Voy a empezar a trabajar. — Digo—. Que te diviertas. Ten cuidado esquiando.
—Está bien, se feliz, Katie. Y no te preocupes por mí en las laderas, esquiar no está en lo alto de la agenda, si sabes lo que quiero decir.
Casi puedo oír sus cejas menearse.
—Adiós Dee.
—Más tarde, compañera.
Colgamos. Y abro el archivo en mi escritorio – tratando de fingir que es cualquier otro día.

Peter
Trabajo en mi escritorio hasta el mediodía. Justo antes de ir a la oficina de Lali para ver que quiere hacer para almorzar, un visitante abre la puerta de mi oficina. Dos visitantes, en realidad.
—¡Feliz Balintine día, tío Peter!
Rufi corre y se lanza sobre mi regazo. Eugenia entra detrás de ella. Llevaban trajes conjuntos, faldas rosa claro y suéteres cárdigans blancos. Los pies de mi sobrina están adornados con unas bailarinas rosa, mientras que mi hermana usa tacones de la misma sombra, haciéndola ver sorprendentemente escultural.
—Feliz día de San Valentín, hermano.
—Tú también – para las dos. — Giro mi silla en un círculo rápido, haciendo que Rufi chille. Entonces le pregunto—. ¿Se van a encontrar con Steven?
—Sí, está terminando algo en su oficina. Entonces vamos a almorzar y al cine. Así que ¿qué has planeado para Lali y para ti hoy?
—¿Por qué demonios todos me preguntan eso?
Las cejas de mi hermana se elevan—. ¿Por qué diablos estás tan a la defensiva sobre eso?
—No estoy defensivo. No tengo nada planeado. Lali y yo no vamos a celebrar el día de San Valentín.
Euge parece sorprendida. Tal vez un poco preocupada también—. ¿En absoluto? No le conseguiste una tarjeta, un dulce, ¿nada?
—No. No tengo que hacerlo. Yo le demuestro a Lali que la amo todo el tiempo. Cada día es día de San Valentín para nosotros.
Mi hermana piensa por un momento. Pero antes de que pueda responder, Rufi dice—. Hoy no.
Me detengo.
Y pregunto—. ¿Qué?
Rufi me mira y explica—. Dices que cada día es día de Balentine para ti y la tía Lali, pero no estás haciendo algo para ella hoy. Así que hoy es el único día que no es día de Balentine para ella, ¿cierto?
Bueno... infiernos...No lo había pensado así.
Mierda.
Euge simplemente añade—. De la boca de una niña...
Es entonces cuando Steven entra en mi oficina, combinando el atuendo de su esposa e hija con un traje negro y una corbata rosa y pañuelo.
En voz alta, pregunta—. Oí un rumor de que estaban visitándonos las dos mujeres más hermosas en el mundo hoy. — Jadea cómicamente y posa su mirada sobre Rufi y Euge—. Y tenían razón. Aquí están.
Rufi se ríe. —Hola papá.
—Hola señorita. — Luego se centra en mi hermana. Él se acerca a ella, envuelve sus brazos a su alrededor y le hace oscilar en una inmersión profunda—. Hola mi bella dama.
Cualquier movimiento del que Steven carecía en la secundaria, definitivamente lo consiguió ahora – el tipo tiene cancha.
Euge se ríe con adoración, y Steven la besa. 

Rufi está parada junto a mí con una mueca—. Asco.
—Te apoyo. —Sostengo mi puño y ella lo golpea en acuerdo.
Una vez terminado el beso, Steven levanta mi ligeramente aturdida hermana—. ¿Están mis chicas listas para irnos?
—Lista. — exclama Rufi. Sonríe, besa mi mejilla y corre para tomar la mano de su padre.
—Disfruta el día, Peter. — me dice mi hermana amablemente.
Yo saludo—. Diviértanse, chicos.
Y los tres salen por la puerta.
Después de que se van, giro en mi silla y miro por la ventana a la ciudad. Pensando. Entonces llamo a Cande por el intercomunicador—. Cande, ¿puedes venir un momento?
Ella entra en mi oficina unos segundos más tarde—. ¿Qué pasa, Lanzani?
—Creo que...Creo que tal vez puedo haberlo arruinado. O...Estoy a punto de arruinar las cosas.

Cande responde secamente—. Porque eso nunca ha sucedido antes.
Se refiere al ―tiempo antes – en diciembre.
Levanto mi mano—. ¡Cállate! Te dije que bloquearas esa semana de la memoria.
Está impenitente—. Tratare con más fuerza.
—¿Cuáles son las posibilidades de que puedas encontrarme una floristería con un ramo de margaritas blancas y rosas rojas en acción?
—Casi nulas. Pero si lo hago, te va a costar un brazo y una pierna.
Un pequeño precio a pagar.
—Puedes hacer algunas llamadas, ¿de acuerdo? Envíame un mensaje si lo consigues. Y cambia mi teleconferencia de las tres de la tarde para mañana. Voy a estar fuera de la oficina el resto de la tarde. — Me levanto—. Si Lali pregunta, dile que surgió algo inesperado.
Erin sonríe—. Arreglado.
Y me dirijo hacia fuera – tengo algo de romántico comercialismo que hacer.

Lali
A las seis en punto froto el dolor en mi cuello. Es un riesgo, cuando tu trabajo requiere que permanezcas en un escritorio durante horas. ¿Tal vez Peter me dará un masaje en la espalda cuando llegue a casa?
Y entonces sonrío. Porque no hay nada de ―tal vez‖ en eso. Peter puede no seguir el día de San Valentín, pero ¿la oportunidad de poner sus manos sobre mi cuerpo desnudo? Será un frío día en el infierno antes de que eso pase.
Cuando colgué el teléfono con Delores, me di cuenta que estaba siendo un bebé. Un ridículo bebé. Porque, Peter tiene razón – las flores o los chocolates no se pueden comparar con lo que tenemos – nuestra relación, nuestra pasión… y el sexo.
Alucinante realmente no lo cubre.
Bajo la mirada al archivo en mi escritorio. Trabajaré en unas páginas más y entonces voy a llamar la noche también. Pero justo cuando llego al final del primer documento, hay un golpe en la puerta de mi oficina. Es un hombre de entrega, sostiene una larga caja dorada, y por lo que veo a través de la película de plástico transparente en la parte superior, está llena de flores rojas y blancas.

—Tengo una entrega para usted, señorita.
Mi frente se arruga—. No, creo que usted está en la oficina equivocada.
Revisa la etiqueta—. ¿Lali Esposito?
—Así es.
—Entonces estoy es la oficina correcta. — Me entrega la caja y ahora veo que las flores dentro son margaritas blancas y rosas rojas. Un ramo hermoso y fresco.
—Uh... gracias. — Tartamudeo y busco mi bolso para darle una propina.
Él levanta la mano—. Ya se han encargado de eso. Tenga una buena noche.
Después de que se va, coloco la caja en mi escritorio y suelto el gran lazo rosa. Levanto la tapa y disfruto el fragante olor de las flores.
No puedo no sonreír.
Mordisqueo mi labio inferior mientras abro la tarjeta, y me pregunto si mi mamá o Billy me enviaron las flores. Probablemente puedo adivinar qué gran reacción tendrá Peter si es el segundo.
Pero no son de Billy.
O mi mamá.
Río en voz alta – porque me sorprende. Y reboso de alegría. Y emoción.
Tomo mi abrigo y la caja de flores y salgo por la puerta – corriendo – moviéndome tan rápido como me llevan mis botas de tacón alto.
Porque esto va a ser mucho mejor que el chocolate.
Llego a nuestro apartamento en un tiempo récord.
¿No lo harías tú?
Cuelgo mi abrigo cerca de la puerta y dejo mi ramo de flores sobre la mesa delantera. Es entonces cuando veo una gigante caja de terciopelo en forma de corazón. De trufas de chocolate. Y hay una tarjeta en la parte superior.
La abro.
Es del puño y letra de Peter.

Lali,
Yo solía pensar que lo sabía todo – y luego tú me enseñaste.
Yo solía pensar que lo había hecho todo – y entonces me tocaste.
Yo solía pensar que lo había oído todo – y luego dijiste que me amabas.
Yo solía pensar que mi vida era perfecta – y ahora, gracias a ti, sé que lo
es.
Ven a la habitación, no pases adelante, no colectes $200...
Quítate la ropa.
-Peter
PS: he cambiado el rollo de papel higiénico. Feliz día de San Valentín,
 


Las primeras líneas en realidad me hacen llorar. Entonces me río otra vez mientras leo las últimas. Coloco suavemente la tarjeta sobre la mesa y, como indica – camino hacia el dormitorio.
Me quito la chaqueta y la dejo en el suelo. Bajo la cremallera de mi vestido y salgo de él. Hasta que quedo sólo con el sujetador de encaje rojo, las bragas a juego, las ligas negras y las botas de color negro brillante.
Voy a dejar las botas. A Peter le gustará.
Me paro en la puerta del dormitorio y tomo nota de todo. El aire está lleno con el aroma de la vainilla y el jengibre de las velas encendidas alrededor de la habitación. Peter está descansando en la cama – sus manos casualmente detrás de su cabeza – cubierto sólo con un par de calzoncillos de seda rojos.
Tomo un momento para admirar su cuerpo –me encanta cada centímetro de él. Sus esculpidos y tensos brazos, su amplio y caliente pecho y las ondas deliciosas de sus abdominales que no puedo esperar para trazar con mi lengua. No puedo ver sus manos, pero las veo en mi mente.
En mi memoria.
Esas manos que son tan fuertes, tan gentiles, sus expertos dedos saben cómo tocar y provocar – y me aman. Como nunca he sido amada en mi vida.
—Guau.
Sonríe gallardamente—. Esa es mi línea. ¿Por qué no me dijiste que llevabas ligas?
Con orgullo, entro en la habitación—. Quería que fuera una sorpresa. Sorpresa.
Sus ojos azules brillan con calor. Y hambre.
Cuando se sienta, noto el oso en la cómoda junto a la cama. Un oso blanco, esponjoso, sosteniendo un corazón que dice: ―Be Mine.
Sonrío y lo recojo—. ¿Me conseguiste un oso?
Peter asiente con la cabeza—. Lo hice. Me hundí completamente y te conseguí un oso. Pero, para que conste, no puede quedarse en la habitación. Sus ojos me siguen a donde voy, está empezando a asustarme joder.
Me río—. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Traza mi sonrisa con sus dedos—. Esto. Quise hacerte sonreír así.
Dejo el oso en el vestidor, con sus ojos mirando hacia la pared.
Peter se levanta y envuelvo mis brazos alrededor de su cuello—. Yo soy, ya sabes. Tuya.
—Sí, lo sé. El oso puede ser un recordatorio.
Lo miro a los ojos—. Te amo tanto.
—Te amo—, susurra. —Cada momento, cada día, incluyendo el día de San Valentín.
Se inclina para besarme, pero yo me alejo, de repente me siento terrible—. ¡No te conseguí nada! Cuando recibí tus flores, corrí a casa y ni siquiera pensé en parar.
Peter sólo sonríe—. Bueno... como que lo hiciste. Las flores, el chocolate, el oso – son para ti...— Él sale de mis brazos y recoge un tubo de la cama. Aparte de esto, desliza un rollo de tela blanca –como una sábana, pero más gruesa. Un lienzo.
—.. .pero esto es para los dos. Pero sobre todo para mí. Voy a conservarlo.
Él mueve sus brazos, y la cubierta de lienzo se abre, extendiéndose por el suelo.
—¿Qué pasa?
Me muestra dos contenedores de pintura – uno negro, uno rojo. Y un montón de pinceles que esperan en la cama—. Estas son pinturas corporales. La idea es que nos pintemos entre los dos. Luego, nos acostamos sobre el lienzo y te hago venir, tal vez seis o cinco veces. Cuando estemos agotados, tendremos un cuadro. Uno diferente.
Baja la pintura y viene detrás de mí. Desliza sus manos por mis muslos, sobre mi estómago, ahuecando mis pechos en sus manos. Besa mi hombro, luego mi cuello y desliza la correa mi sujetador.
Suspiro contra él. Y su aliento hace cosquillas mi cuello mientras me dice—. Y sólo tú y yo sabremos lo que es, Lali. Lo vamos a mirar y saber el lugar donde sostuve tus manos sobre la cabeza, mientras mi polla estaba enterrada profundamente dentro de ti. Vamos a ver dónde tus rodillas se presionaron contra el lienzo mientras estabas en la cima, llevándome hacia el perfecto olvido. Voy a enmarcarlo y colgarlo en mi oficina – donde probablemente estaré demasiado distraído como para poder trabajar otra vez.
Volteo mi cabeza y él toma mi boca. Deslizo mi lengua contra la suya, saboreando su gemido.
Unos momentos después, Peter se aleja y pregunta—. ¿Qué me dices?

Sonrío—. Yo digo, pásame un pincel, Valentine.


FIN


PERDOOOOOOOOOOOOOOOONNNNNNNNNNN POR NO SUBIR DURANTE TANTO HE ESTADO MUY OCUPADA CON TODOS LOS EXAMENES Y NO TENIA TIEMPO PARA NADA CUANDO TERMINE LAS CLASES EN 1-2 SEMANAS SUBIRÉ LA NUEVA NOVE BSS