viernes, 20 de marzo de 2015

Wild Horses 28





CAPITULO 28


Después de aquella nueva interrupción por parte de Poli, Peter y Lali no habían tenido la oportunidad de estar a solas de nuevo. Cada vez que se cruzaban, alguien aparecía allí. 

Lali tenía tantas ganas de agarrar a White y secuestrar al ojiverde. Alejarse de todo y de todos. Pero sabía que aquello no estaba bien.

Peter aun estaba con Belen. Y ella había ‘terminado’ con Benjamin por teléfono. Sabía que tendría que hablar con él personalmente para aclarar del todo las cosas. Pero ahora realmente no le preocupaba. Solo quería encontrar un momento para poder hablar con Peter y arreglarlo todo. Más que arreglarlo la palabra era aclararlo. Simplemente sonreía como una tonta cada vez que recordaba sus besos. Jamás la habían hecho sentir tan… idiota.
Se sobresaltó un poco cuando alguien entró a la sala. Se giró a ver y sonrió al reconocerlo.

—Papa, me asustaste —le dijo.
—Lo siento, hija, no era mi intención —se disculpó él y se acercó a ella para sentarse a su lado.

Lali lo abrazó, apoyando la cabeza en su hombro. Carlos sonrió levemente. Sabía que Lali quería preguntarle algo. Siempre que lo abrazaba de aquella forma, lo hacía.

—Papi —lo llamó.
—¿Qué sucede, cielo?
—¿Crees que esta bien sentir algo por una persona a la que conoces hace mucho tiempo, pero por x motivos dejaste de ver por un par de años y ahora volviste a ver?
—¿Estás hablando de Peter? —dijo él.

Lali se incorporó rápidamente y lo miró nerviosa.

—Mmm… no, no hablo de Peter —dijo torpemente.
—Lali, si estás hablando de Peter – dijo divertido. Ella pestañeó seguidamente, sintiéndose descubierta —y no, no esta mal que sientas cosas por él. Es más… me agrada que sientas cosas por él.
—¿No te opondrías? —inquirió con inseguridad. Carlos rió levemente.
—No soy Robert Igarzabal. Y para mi nada es más importante que tu felicidad. Pero ¿y Benjamin?
—Terminé con él… —Carlos frunció el ceño.
—¿En que momento?
—En realidad solo le dije que no quería volver a verlo.
—Bueno, eso puede tomarse como algo no claro, mi vida. Deberías solucionar bien eso. Pero si sientes cosas por Peter, sigue adelante y juégate por él.
—Gracias, papi —sonrió ella y besó su mejilla.
—Lali…
—¿Si? —dijo ella y lo miró.
—¿Qué opinarías si te digo que… quiero casarme?

Los ojos de la morena se abrieron de par en par.

—¿Qué? —fue lo único que salió de sus labios. Carlos sonrió nervioso.
—Sé que es algo que no te esperabas escuchar, hija, pero creo que… necesito casarme con alguien que siempre ha estado en mi corazón.
—¿Mimí? —dijo ella rápidamente.
—¿Por qué crees que es Mimí?
—Solo limítate a responderme, Carlos —lo retó. Él agachó la cabeza.
—Si, es Mimí.
—¿Ya le pediste que se casara contigo? —quiso saber.
—Se lo pedí como 5 veces… pero ella siempre dice que no.
—¿Por qué? —preguntó.
—Porque cree que lo hago por lastima…
—¿Qué pasó entre Mimí y tú, papa? —era algo que siempre le había querido preguntar. Pero jamás había encontrado el momento.
—Éramos jóvenes y nos enamoramos. Fue a primera vista. Ella tenía 15 años cuando su padre entró a trabajar aquí. Y yo era un tonto soñador y me enamoré de ella. Mantuvimos nuestro amor en secreto. Hasta que un día tu abuelo dijo que debía marcharme a la cuidad, buscar una esposa y formar una familia —suspiró —me fui. Fui un cobarde y no le dije a tu abuelo que amaba a la hija del capataz. Luego conocí a tu madre… amé a tu madre, Lali, mucho. Pero jamás llegó a ser lo que sentía por Mimí. Cuando volví al campo, ella estaba embarazada de Peter, pero el padre jamás se hizo responsable. Y luego llegaste tú y jamás volvimos a hablar de nuestros sentimientos.
—Papá… —murmuró ella y se acercó a abrazarlo —me parece hermoso que quieras casarte con tu primer amor, papito.
—¿No te opondrías? —preguntó de la misma forma que ella. Lali rió y se alejó de él.
—No, claro que no.

Carlos sonrió y besó su frente. Luego con un poco de dificultad se puso de pie.

—Me voy a recostar un rato, hija, me duele un poco la cabeza…
—Está bien —asintió ella y lo vio desaparecer.

Lo que acababa de escuchar de su padre la había dejado completamente pasmada. Siempre había intuido que su padre sentía un sentimiento especial por Mimí, pero jamás pensó que era tan intenso.
Y al parecer la historia volvía a repetirse. ¿Debería hacerle caso a su padre y jugarse por Peter
? ¿o dejar que las cosas siguieran su curso?
Se puso de pie, iba a averiguar bien que era lo que Juan Pedro Lanzani le hacía sentir. 


CONTINUARA...

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