domingo, 13 de marzo de 2016

Máscaras C.46


MÁSCARAS.

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Peter miraba a Lali desde el ventanal mientras dormía, su espalda descubierta y sonreía cuando recordaba mientras hacían el amor con el ruido de las olas de fondo, y haber estar en un lugar público en el cual podían pillarlos era realmente excitante.
El sonido de la puerta lo hizo reaccionar, era el desayuno y tras recibirlo se recostó con Lali para despertarla, ya era medio día y Lali seguía durmiendo plácidamente, sonrió cuando sintió los besos de Peter por todo el cuerpo y cuando llegó al cuello abrió los ojos y lo miró.

Peter: Hola mi amor.
Lali: ¿Qué hacías?
Peter: Mirarte como dormías, parecías la bella durmiente – Lali le sonrió - ¿Cómo dormiste?
Lali: Con los ojos cerrados.
Peter: Que graciosilla que estás.
La besó y luego acercó a la cama la bandeja del desayuno.
Peter: Es mejor que comas, para así poder comer.
Lali: ¿Tan temprano? – Se sentó – nuestro vuelo sale por la noche.
Peter: No me refería a irnos de aquí, aun así no pierdo las esperanzas de que te decidas y nos quedemos un par de días más.
Lali: No Peter, ya hablamos de eso anoche.
Peter: Si lo sé, por eso quiero que aprovechemos el día al máximo.

Después de darse el desayuno el uno al otro, se bañaron juntos y la pasión no tardó en llegar, decidieron salir para recorrer la ciudad, visitando algunos lugares típicos, ferias, tiendas de ropa, para acabar en la playa.

El avión salía por la noche y antes de irse querían ver la puesta de sol y para eso se dirigieron a unas rocas de la playa que estaban cerca del hotel.

Al llegar al hotel terminaron la maleta, comprobaron todo y se dirigieron al aeropuerto. Una vez en el avión Peter se sentó en la ventana y Lali a su lado, ella le dio la mano y 

Peter la miró.
Peter: ¿Qué pasa?, llevas toda la tarde rara.
Lali: No sé, tengo miedo.
Peter: Tranquila, el avión es seguro.
Intentó bromear, desde que llegaron al hotel había visto un cambio en ella y quería quitarse la preocupación. Lali sonrió débilmente.
Lali: No le tengo miedo al avión.
Peter: Entonces, a que le tienes miedo.
Lali: A lo que pueda pasar cuando lleguemos.
Peter: Lo único que puede pasar son cosas buenas.
Lali: ¿Tú crees?
Peter: Si no lo creyera no te lo diría.
Lali: ¿Y si las cosas no resultan?
Peter: ¿Tú quieres que resulten?

Lali asiente.

Peter: Yo también quiero que resulten, ¿acaso no te acuerdas de las cosas que hablamos ayer, la casa, el perro…?

Lali: Acuérdate de que va a ser un Rottweiler.

Peter: Pero yo quería un Bulldog.

Lali: ¿Entonces un Huski Siberiano?

 

Aunque ya sonreía, seguía nerviosa, Peter lo notó y le acarició la cara con la mano que tenía libre.

 

Peter: No te preocupes ¿sí?


Durante el viaje no se soltaron en ningún momento la mano.

Lali hubiera preferido bajarse del avión y quedarse allí con él, pero ya era el momento de ver cuán fuerte era su amor y si podrían soportar los obstáculos que se les presentarían.



CONTINUARA…

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