sábado, 26 de marzo de 2016

Máscaras C.56






 MÁSCARAS.

Cande y Agus los miraron.

Cande: ¿Por qué no nos acompañan?

Lali la miró queriendo estrangularla y Cande sonrió.

Peter: Eh… yo creo que…
Agus: ¿Podemos?
Lali: Es que…
Cande: Claro que pueden amor – estiró su mano – vengan.

Agus corrió una silla y se sentó junto a Cande, Peter se los quedó mirando.

Cande: Ven Peter siéntate.

La mesa era justo para 4 personas, Peter miró a Lali y se sentó en la silla que estaba a su lado.

Agus: ¿Qué están tomando?
Cande: Tequila, ¿ustedes van a querer algo?
Agus: Claro, no pretenderás que solo tomen ustedes mientras nosotros las vemos.
Cande: Entonces voy a llamar al joven que nos ha atendido hace un momento – se iba a levantar pero Agus la detuvo.
Agus: Espera amor, ¿es ese rubio de ojos verdes que te está mirando?
Cande: Si – miró al joven y lo llamó con un movimiento de mano – ese mismo.
Agus: Entonces voy yo.

Después de muchos volvían a estar los 4 juntos. Lali y Peter llevaban unos minutos mudos, y para Agus y Cande se les estaba haciendo un poco incómodo, a veces hablaban ellos 2 como si no hubiera nadie más, pero la técnica de Cande sobre hablar de su época estudiantil comenzaba a dar resultados.

Lali: No fuimos nosotras.
Peter: Claro que sí, quisieron vengarse por el chicle en la silla.
Cande: Jamás tuvieron pruebas en contra de nosotras.
Agus: Solo hacía falta mirarlas a la cara y darse cuenta que fueron ustedes.
Lali: Sea como fuera, se lo merecían.
Cande: Si, ese chicle no se fue de mis pantalones y eran de los buenos.
Peter: Eso no se compara con que les pongan alfileres en la silla.
Agus: Eso, nosotros no nos pudimos sentar en 1 semana.
Lali: Ustedes se lo buscaron.
Cande: Exacto.
Agus: Ustedes siempre estuvieron unidas para perjudicarnos.
Lali: Claro, como que ustedes eran unos santos.
Agus: Es que ustedes sacaban de quicio a cualquiera.
Peter: Todavía lo siguen haciendo.

Lali lo miró sintiéndose identificada, siguieron hablando y recordando viejos momentos. Tras un rato Cande se levantó de la mesa y a los segundos Agus la siguió, salieron sigilosamente del lugar y fueron hacia el estacionamiento.

Agus: ¿De verdad quieres dejarlos solos?
Cande: No nos queda de otras – sacó las llaves del coche y se las dio a Agus – si no es ahora no es nunca.
Agus: Siempre te gustó luchar por las causas perdidas, por eso te amo.
Cande: No es una causa perdida, o eso espero – lo miró- y yo también te amo- Agus la besó.
Agus: ¿Aunque haya arruinado tus pantalones?
Cande: Mejor no me lo recuerdes.

Le dio un pico y se subieron al auto.

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Al ver que ninguno de los dos llevaba empezaron a preocuparse.

Lali: Están tardando mucho, ¿no?
Peter: ¿Crees que les haya pasado algo?
Lali: No creo, solo iban al baño.
Peter: Voy a llamarlos para que se apuren.

Sacó su teléfono y llamó a Agus, justo él había llegado a casa.

Peter: Que pasó, ¿Os estamos esperando?
Agus: No te preocupes nosotros ya estamos aquí.
Peter: Como que aquí, no os veo.
Agus: Claro que no, estamos en casa.
Peter: ¿Qué? ¿Es enserio?
Agus: Si, Cande tuvo un problema y no os pudimos avisar.
Peter: Voy a suponer que te creo.
Agus: Bueno, pásalo bien.

Peter colgó.

Lali: ¿Y, que pasó?
Peter: Creo que hay cambio de planes.
Lali: ¿Por qué lo dices?
Peter: Porque se han ido.


CONTINUARA…

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