viernes, 24 de abril de 2015

TANGLED #28



CAPITULO 28







Nosotros llegamos a la cama. Eventualmente.
Un par de horas y tres orgasmos más tarde, estamos recostados lado a lado uno frente al otro. Compartiendo una almohada. La almohada.

—Dilo de nuevo.

Es la décima vez que me lo ha pedido. Pero no me importa. Lo diré hasta que mi cara se ponga azul si ella quiere.

—Te amo, Lali.

Ella suspira. Parece contenta

—Voy a ser muy pegajosa y necesitada por las próximas semanas. Deberías estar preparado.
—Yo estaré inseguro y celoso. Funcionará de maravilla.

Hay una sonrisa en su voz. 

—Me dijiste que no eras celoso.

Me encojo de hombros. 

—También dije que nunca más iba a mentirte.

Sus manos peinan suavemente mi cabello en la parte de atrás

—¿Cuándo lo supiste?
Sonrió. 
—La primera vez me dejaste estar dentro de ti sin condón.

Jala mi cabello. Duro.

—¡Ay! ¡Jesús!

Su voz es exasperada, como la una madre que acaba de pillar a su hijo tomando una galleta fuera de los límites por décima vez.

—Peter. Eso no suena muy romántico.
—¿No lo crees?

Encuentro la fuerza para levantar la cabeza, y luego la bajo sobre su ya endurecido pezón. Lo chupo, lo provoco con mis dientes, antes de lentamente dejarlo ir con un pop.

—Porque creo que llegar dentro de ti es muy, muy romántico.

Cuando empiezo a dar el mismo tratamiento a la otra belleza, ella jadea. 

—Es un buen punto.

Me río entre dientes. 

—Todos lo son, cariño.

Recuesto mi cabeza de nuevo, arrastrando mis dedos por su brazo, fascinado por la carne de gallina que se eleva a medida que avanzo.

—¿No vas a preguntarme cuándo lo supe?— pregunta.
—¿Cuándo qué?

Lali rueda sobre su estómago. Y su cabello se mueve sobre su hombro, llegando a la piel en mis costillas. Haciendo cosquillas como una pluma. Es excitante. Sensual. Y así, estoy listo para otra ronda.
Edward Cullen puede tomar su estúpida heroína y morirse de una sobredosis. Lali es mi propia marca de Viagra.

—Cuando supe que estaba enamorada de ti.

¿Has notado que Lali no ha devuelto ninguno de mis “te amos”? Yo ciertamente sí. Pero como he dicho, no intento poner mucha fe en las palabras. 
Las acciones dicen más. Y cada movimiento que Lali hace me dice que estamos en la misma página. 
Aun así, tengo curiosidad.

—¿Cuándo?

Ella se inclina hacia adelante y besa mis ojos... mis mejillas... y luego la punta de mi nariz antes de plantar un dulce beso en mis labios. Entonces se recuesta.

—¿Recuerdas ese día en mi oficina? Después de que Benja y yo terminamos y me puse a llorar.

Asiento con la cabeza.

—Debería haber estado devastada, lo estaba, por un rato. Pero entonces entraste, y colocaste tus brazos alrededor de mí. Y yo quise que nunca te fueras. Fue como si todo lo que siempre había necesitado, todo lo que quería, estaba ahí delante de mí. Y ahí fue cuando lo supe. Que, de alguna manera, me habías absorbido y estaba totalmente enamorado de ti. —se ríe suavemente—. Estaba tan asustada...
Apuesto que sí.
—...Porque nunca ni en un millón de años pensé que sentirías lo mismo.

Cepillo mi pulgar a través de su hermoso labio inferior. 

—Ya lo hacía, Lali. Sencillamente no lo sabía.

Ella sonríe y descansa su cabeza de nuevo sobre la almohada. Su voz es suave y sincera.

—Sí. A veces puedes ser un verdadero idiota.

¿Eso fue lo pensaste iba a decir? Yo tampoco.

—¿Perdón?

Levanta una ceja con aire de suficiencia. 

—Sólo estoy diciendo, si buscas en nuestra historia… 

Antes de que pueda terminar, la tengo clavada debajo de mí, su espalda en mi pecho

—Esas son palabras de lucha Lali

Mis dedos bajan lentamente a sus costillas. Tortuosamente. Ella empieza a retorcerse y su trasero se frota contra mi polla.
Es agradable.

—Retira lo dicho.
—No.

Mis dedos se mueven suavemente y rápidamente sobre ella. Haciéndole cosquillas sin piedad.

—Di, “Peter Lanzani es un dios. Un brillante, e ingenioso dios”

Se retuerce y chilla

—¡Peter! ¡Detente! ¡No!
No me detengo. 
—Pídemelo amablemente y tal vez lo haga. Ruega por eso.
Ella se ríe mientras grita. —¡Nunca!
Sabes lo que dicen de nunca, ¿no?
Sí, esto va a ser divertido.

...

Ella rogó.
¿Tenías alguna duda? Luego se puso encima de mí, y yo era el que estaba rogando.

Ahora estoy acostado con la cabeza en los pies de Lali, masajeándolos. Su cabeza en mi muslo. ¿Quieres saber cómo terminamos en esta posición? No, voy a dejar que uses tu imaginación.

—Entonces, ¿qué te dijo Eugenia?— pregunto.
—¿Mmm?

Doblo mi codo y descanso mi cabeza en mi mano para poder ver la cara de Lali. Se ve completamente exhausta. Agotada. Usada no muy suavemente. Es una mirada realmente buena en ella.

—El otro día, en tu oficina, antes de que accedieras a salir conmigo. Parecías diferente. Más... receptiva. ¿Te amenazó?
Ella se ríe soñolienta y sus ojos se abren. 
—No, sin amenazas. Me dijo que debía pensar como la mujer profesional que soy. A mirarte como un emprendimiento comercial. Que cada inversión tiene riesgos, pero que tengo que pesarlos contra la ganancia. Dijo que basado en tu más reciente actuación, eres un riesgo vale la pena tomar.

Buena estrategia. Debería haber pensado en eso.

—Debería enviarle flores.
Su mano frota mi muslo. —Pero eso no es lo que me convenció para darte otra oportunidad.
Mi frente se arruga. 
—¿No?
—No.
—¿Entonces, qué?

Se desliza alrededor hasta que su cabeza está sobre mi pecho, y no hay nada de espacio entre nosotros. 

—Rufi.
—¿Cómo pudo lograrlo?
—Me contó una historia acerca de cómo tú la llevaste a Central Park el verano pasado. Y un niño le arrojó arena.

Recuerdo ese día. Estaba a punto de ofrecerle a un niño de seis años cincuenta dólares para que pateara al pequeño cabrón.

—Y entonces él se acercó a ella y le dijo que lo lamentaba. Pero ella no estaba segura de si quería volver a jugar con él. Y dijo que tú le respondiste que a veces los chicos son estúpidos. 
Y muchas veces hacen cosas estúpidas. Así que, de vez en cuando, ella debe tener piedad de ellos. Y si dicen que lo sienten, debe darles una segunda oportunidad. No una tercera o cuarta... pero le contaste que todo el mundo merece una segunda oportunidad.— hace una pausa. Y se ríe. 

—Y entonces le dijiste que si lo hacia otra vez, debía darle una patada en los huevos.

Todas las chicas deben saber defenderse. Una certera patada lo hará cada vez.
Es sorprendente, ¿no crees? Si no fuera por mi perfecta sobrina, no estaríamos aquí ahora.

—Tal vez debería comprarle dos ponis.

Lali sonríe. Y sus ojos me miran de esa manera que ahora anhelo. Como si fuera todo para ella.

—No tienes sentido del instinto de conservación, ¿verdad?
Niego con la cabeza. 
—No, no por el momento. Estoy demasiado enfocado en la fornicación. 

Ella trae su rodilla alrededor de mi cadera. 

—Voy a hacerte feliz, Peter Lanzani.

Aprieto mis brazos alrededor de ella. 

—Ya lo haces. ¿Después de esto? Ir al cielo va a ser una gran decepción.

Bajo mi cabeza y la beso. Es húmedo, lento y maravilloso. Y ella también me está besando. Como si nunca quisiera parar. Y ¿sabes una cosa?
Eso funciona muy bien para mí 

....

Así que ahí tienes. Gracias por venir a lo largo del paseo. Pero ciertamente deberías irte. Se acabó eso de vivir indirectamente a través de mi vida sexual. Porque, ¿recuerdas cuando dije que todos los chicos hablan a sus amigos del sexo?

Bueno, sí lo hacemos.
Pero nadie habla a sus amigos del sexo con su novia. Jamás.
¿Crees que yo quiero que alguien se masturbe con lo que Lali me permite hacerle? ¿O lo que me hace a mí? De ninguna manera.

Así que aquí es donde te bajas. No de la fantástica forma que yo estoy a punto, por supuesto, pero eso es muy malo para ti.
Aún… después de todas las pistas que te he dado, siento que te debo unas últimas palabras de sabiduría. Una lección. Algo significativo. Así que aquí vamos:

No asumas nada. Incluso si crees que lo sabes todo. Incluso si estás segura de que tienes la razón. Confirma. ¿Esa completo “mierda” cliché sobre asumir? Es solo para el dinero. Y si no eres cuidadosa, podría terminar costándote la mejor cosa que alguna vez te va a pasar.

Y otra cosa: no te acostumbres. Corre riesgos. No tengas miedo de ponerlo en la línea. Incluso si eres feliz. Incluso si crees que tu vida es perfecta.
Porque yo una vez tuve una vida. Una vida que amé. Era consistente. Divertida.
Era confiable. Segura.
Y luego una noche, una hermosa chica morena llegó y arruino todo el reino. Ahora mi vida es un desastre. En el buen sentido. Una red gigante e impredecible de metidas de pata y reconciliaciones. Frustración y ternura. Molestia y afecto. Amor y lujuria.
Pero eso está bien. ¿Porque mientras Lali Esposito esté enredada en esa red conmigo?
Bueno, no me imagino nada jodidamente mejor que eso. 



FIN 



CONTINUARA...


3 comentarios y mas 

Quedan creo q 2 par de extras mañana los subo

Lo siento si el capitulo de hoy no esta muy bien adaptado pasa que he tenido que hacerlo con el movil lo siento de verdad bss :) 

3 comentarios: