martes, 7 de abril de 2015

Tangled #10



CAPITULO 10

Mi padre no estaba satisfecho con la forma cómo manejé la situación de Anderson. Había sido temerario, poco profesional, bla, bla, bla. Y debido a mi antigüedad, yo era el más responsables por perder al cliente que Lali.
Pero el hecho de que estaba en la lista negra de la oficina por un tiempo no me golpeó tan duro como pensarías. Sobre todo porque no tenía remordimientos sobre cómo había reaccionado. Si tengo que hacerlo todo de nuevo, no cambiaría nada. Así que, tal vez mi padre estaba decepcionado de mí, pero a decir la verdad, para cuando él termino de culparme, yo también estaba jodidamente decepcionado de él.

Además, en las cuatro semanas siguientes a esa desastrosa reunión, las cosas entre Lali y yo continuaron evolucionando. Todavía intercambiamos golpes en el trabajo, pero eran más golpes en el pecho, para provocar, en lugar de ganchos de derecha a la mandíbula, diseñados para golpear mutuamente nuestros respectivos traseros. Compartíamos ideas, ayudándonos mutuamente. Mi padre tenía razón en eso, al menos. Lali y nos completábamos mutuamente, equilibrando las fortalezas y debilidades del otro.
En algún lugar a lo largo de la línea, ella se había convertido en más que sólo un par de piernas en las que quiero meterme. Más que un par de pantalones que quiero bajar desesperadamente.
Ahora ella es Lali — una amiga. Una amiga que hace que mi polla se levante en atención cada vez que entra en la habitación, pero esa es mi cruz, supongo. Porque por mucho que todavía la desee, y tan seguro que estoy que una parte de ella me desea, Lali no es del tipo que engaña.
Al menos no del tipo que podría vivir con eso después.

...

Ahora, sé lo que estás pensando: ¿Pero qué pasó? ¿Cómo un hombre seguro de sí mismo, guapo, maliciosamente encantador se convirtió en un ermitaño descuidado infectado con gripe?
Nos vamos acercando — confía en mí.
Para mostrar la imagen completa, hay unos cuantos jugadores más que necesitas conocer en la telenovela de mierda que ahora es mi vida. Has visto al Hijo de Puta Amadeo. Él volverá más tarde, por desgracia.
Y ahora conocerás a Dee-Dee Amadeo. Es prima del imbécil. Pero no le guardes rencor por eso. Ella también es la mejor amiga de Lali. Te lo voy a mostrar.

...

—Te vi hablando con la morena con las buenas tetas. ¿Fuiste a su casa?— me pregunta Agus. Él, Jack y yo estamos almorzando en un restaurante a pocas cuadras de la oficina. Estamos hablando de nuestra última noche de sábado.
—No llegamos tan lejos.
—¿Qué quieres decir?

Sonrío al recordar qué exhibicionista la chica había sido. 

—Quiero decir que el taxi nunca será el mismo otra vez. Y creo que asustamos al conductor de por vida.

Jack se ríe. 

—Eres un puto perro, hombre.
—No, salvé el estilo perrito para cuando en realidad estábamos dentro de su apartamento.

No me des esa mirada otra vez. Ya hemos pasado por esto.
Chicos. Sexo. Hablar.
Además, a pesar de la impaciencia salvaje de la chica del taxi, el sexo fue mediocre. Ni siquiera era Colgate. Era más bien una marca genérica del dentífrico que hay en las habitaciones de hotel de baja calidad cuyo nombre ni siquiera puedes recordar después de cepillarte con él.

—Hola, Lali. — dice Agus, mirando detrás de mí. Yo no la vi acercarse a nosotros.

Detengámonos aquí por un momento. Esto es importante.
¿Ves la mirada en su cara? La delgada línea de sus labios. ¿La leve arruga de su frente? Ella escuchó lo que dije. Y no se ve muy feliz, ¿verdad? Yo lo perdí la primera vez, pero tú debes tomar nota de eso. Este momento volverá a morderme en el culo más adelante.
Doy vuelta para mirarla. Su expresión está ahora en blanco y es pasiva.

—¿Quieres unirte a nosotros?— Le pregunto.
—No, gracias. Acabo de terminar de almorzar con una amiga, en realidad.

Y entonces llega su amiga. Lleva botas altas, unas medias negras que están rasgadas en lugares estratégicos, una minúscula falda, una blusa rosa caliente sin tirantes y un corto suéter gris tejido. Su cabello es largo, rubio fresa y ondulado, sus labios, un rojo brillante y sus rápidos ojos ámbar nos observan debajo de una cortina de espesas pestañas oscuras.
Ella es…interesante. Yo no diría que bonita, pero sorprendente en una especie de sexy moda de calle.

—Agus Sierra, Jack O'Shay, Peter Lanzani, esta es Dee-Dee Amadeo.

Al escuchar mi nombre, los ojos de Dee-Dee giran bruscamente en mi dirección. Parece como si me analizara, justo como un hombre observa el motor de un coche antes de romperlo.

—¿Eres Peter? He oído sobre ti.

¿Lali le contó a su amiga sobre mí? Interesante.

—¿Ah sí? ¿Qué has oído?

Ella se encoge de hombros. 

—Puedo decírtelo, pero luego tendría que matarte. — Apunta su dedo a mí—. Solo sigue siendo amable con mi amiga Lali aquí. Ya sabes, si quieres mantener tus bolas junto a tu pene, es decir.

Aunque su tono es ligero, tengo la impresión que Dee-Dee no está jugando.
Sonrío. 


—He intentado demostrarle lo bueno que puedo ser. Me sigue rechazando.

Ella se ríe. Entonces Agus interviene suavemente, 

—Entonces, Dee-Dee... ¿es el diminutivo de algo? ¿Donna, Deborah?

Lali sonríe maliciosamente. 

—Delores. Es un nombre de familia, de su abuela. Lo odia.

Delores le da a Lali una mirada de odio.
Cambiando a modo de ligue, Agus responde


—. Delores es un nombre precioso, para una chica hermosa. Además, rima con clítoris... y yo conozco mi camino alrededor de ellos. Gran admirador.

Delores sonríe lentamente hacia Agus y corre un dedo por su labio inferior. Luego, se vuelve hacia el resto de nosotros y dice

—. De todos modos. Tengo que volar, tengo que ir a trabajar. Encantada de conocerlos, chicos. —Abraza a Lali y le lanza un guiño a Agus mientras se aleja.
—¿Tiene que ir a trabajar?— Pregunto. —Creo que los clubes de striptease no abren hasta las cuatro.
Lali sólo sonríe—. Dee no es una stripper. Se viste así para despistar a la gente. Así se sorprenden cuando se enteran de lo que realmente hace.
—¿Qué hace?— pregunta Agus.
—Es científica.
—Estás jodiendo con nosotros—. Dice Jack en voz alta lo que los tres estamos pensando.
—Me temo que no. Delores es química. Uno de sus clientes es la NASA. Su laboratorio trabaja en la mejora de la eficiencia del combustible que usan en los transbordadores espaciales. —Ella se estremece—. Dee-Dee Amadeo con acceso a sustancias altamente explosivas... es algo que intento no pensar cada día.

Después de un latido, Agus habla. 

—Esposito, tienes que presentarme. Soy un buen tipo. Déjame salir con tu amiga. Ella no se arrepentirá.

Lali lo piensa un momento. 

—De acuerdo. Seguro. Pareces el tipo de Dee. — Le da una tarjeta de negocios—. Pero tengo que advertirte. Es el tipo de chica ámalos-y-déjalos-con-cardenales. Si estás buscando pasar un buen rato para una noche o dos, entonces definitivamente llámala. Si estás buscando algo más profundo que eso, mantente alejado.

Estamos sin palabras. Y entonces Agus se levanta de la mesa, se acerca a Lali y la besa en la mejilla. De repente tengo ganas de poner mi mano en su garganta y extraer sus amígdalas.
¿Eso está mal?

—Tú eres mi nuevo mejor amigo,— dice.

Lali lee el ceño en mi cara. 

—No hagas pucheros, Peter. No es mi culpa que a tus amigos yo les guste más que tú.

También se refiere a Nico. Hace unos días él estaba intentando desesperadamente encontrar el lugar perfecto para llevar a La Perra por su aniversario de bodas. Al parecer, el vecino de Lali es el maître d 'en el Chez, el restaurante más exclusivo de la ciudad. Fue capaz de conseguirle una mesa para esa noche.
Eugenia debe haberle hecho cosas a Nico esa noche que no quiero ni imaginar. Porque desde entonces, Nicolas Riera felizmente recibiría una bala en el pecho por Lali Esposito.

—Son los pechos—, le dije. —Si tuviera un par como el tuyo, les gustaría yo también.

Hace unas semanas ese comentario la habría enfadado. Ahora sólo sacude la cabeza y se ríe.

...

La noche antes de acción de gracias es oficialmente la mayor de fiesta del año. Todo el mundo sale. Todo el mundo está buscando un buen rato. Generalmente, Agus, Jack y yo comenzamos la noche en la fiesta de la de mi padre el día antes de acción de gracias y salimos rumbo a los clubes después. Es una tradición.

Así que puedes imaginar mi sorpresa cuando entro en la sala de conferencias y veo el brazo de Agus alrededor de una mujer que me imagino es su cita para la noche — Delores Amadeo. Desde que la conoció hace dos semanas y media, Agus ha estado M.I.A. todos los fines de semana, y estoy empezando a sospechar el porqué. Tendré que hablar con él mañana.
Al lado de ellos están mi padre y Lali.

Y por segunda vez en mi vida, Lali Esposito me deja sin aliento. Lleva un vestido color borgoña profundo que abraza su figura en todos los lugares correctos y unas sandalias de tacón que envían mi imaginación girando en territorio de clasificación X. Su cabello cae sobre sus hombros en suaves ondas brillantes. Mi mano se sacude con la necesidad de tocarla mientras camino hacia ella.

Entonces alguien en medio de la habitación se mueve — y veo que no está sola.
Jódeme.

Todo el mundo trae sus parejas a este tipo de cosas. No debería estar sorprendido de que el capullo esté aquí. Él tira del corbatín de su traje como un-niño-de-diez-años evidentemente incómodo. Coño.
Abotono la chaqueta de mi propio Armani perfectamente adaptado y hago mi camino hacia ellos.

—¡Peter!— me saluda mi padre. Aunque las cosas entre él y yo habían estado tensas durante unos días, rápidamente habían vuelto a la normalidad. Nunca puede estar enojado conmigo por mucho tiempo.

Mira esta cara. ¿Tú podrías?

—Le contaba al Sr.Amadeo.— dice—. Sobre ese negocio que Lali cerró la semana pasada. Que suerte tenerla con nosotros.

¿Tenerla? La palabra suerte ni siquiera se acerca.

—Es un acto. —Se burla Delores—. Bajo su traje corporativo y de niña-buena late una persona con el corazón de una verdadera rebelde. Sé historias sobre Katie que pondrían pelo en tus ojos.

Lali gira sus consternados ojos hacia su amiga. 

—Gracias, Dee. Por favor, no.

Semen Seco sonríe, pone su brazo alrededor de la cintura de Lali y descansa sus labios en la parte superior de su cabeza.
Necesito un trago. O un saco de boxeo. Ahora.
Las palabras vuelan de mi boca como certeras balas


—. Eso es correcto. ¿Eras como una pequeña delincuente en aquel entonces, no es así Lali? Papá, ¿Sabías que cantaba en una banda? Es cómo se mantuvo través de la escuela de negocios, ¿no? Supongo que es mejor que hacer striptease.

Ella se ahoga en su bebida. Caballero que soy, le entrego una servilleta.

—Y Benja aquí presente, se dedica a eso todavía. Eres un músico, ¿no?

Él me mira como si yo fuera un montón de mierda de perro que acaba de pisar

—. Es cierto.
—¿Entonces, cuéntanos Benja, eres como una especie de Bret Michaels? ¿O más parecido a Vainilla Ice?— ¿Ves cómo aprieta su mandíbula? ¿Cómo estrechasus ojos? Tráelo, Chico Mono. Por favor.
—Ninguno.
—¿Por qué no tomas tu acordeón, o lo que tocas y subes al escenario? Hay un montón de dinero flotando alrededor de esta habitación. Tal vez podrías reservar una boda. O un bar mitzvah.

Casi allí.

—Yo no toco en ese tipo de reuniones.

Esto debería hacerlo.

—Guau. En esta economía, no pensé que los pobres y los desempleados podrían ser tan exigentes.
—Escucha, pedazo de…
—¿Benja, cariño, podrías traerme otro trago del bar? Ya casi termino con esto.— Lali tira de su brazo, cortando lo que estoy seguro hubiese sido una brillante réplica.

¿Sientes el sarcasmo?
Y entonces ella se gira hacia mí, y no suena casi tan amigable. 


—Peter, recordé que tengo algunos documentos que entregarte sobre la cuenta Génesis. Están en mi oficina. Vamos.

No me muevo. No le respondo. Mis ojos aún están encerrados en un concurso de miradas con Mierda Por Cerebro.

—Es una fiesta, Lali,— dice mi padre, despistado. —Deberías guardar el trabajo para el lunes.
—Sólo tomará un minuto. —le dice con una sonrisa, antes de agarrar mi brazo y arrastrarme lejos.

Una vez que estamos en su oficina, Lali cierra la puerta detrás de nosotros. Enderezo mis mangas, y luego sonrió benévolamente. 

—Si querías estar a solas conmigo tan desesperadamente, todo lo que tenías que hacer era preguntar.

No aprecia mi sentido del humor. 

—¿Qué estás haciendo, Peter?
—¿Haciendo?
—¿Por qué estás insultando a Benja? ¿Sabes lo duro que fue para mí que viniera aquí esta noche?
Pobre Billy. Atrapado en una habitación con los grandes malvados y exitosos banqueros.

—Entonces ¿por qué diablos lo trajiste?
—Es mi prometido.
—Es un imbécil.

Levanta la vista bruscamente.

— Benja y yo hemos pasado por muchas cosas juntos. No lo conoces.
—Sé que no es lo suficientemente bueno para ti. Ni por asomo.
—Por favor, deja de intentar avergonzarlo.
—Sólo estaba señalando los hechos. Si la verdad avergüenza a tu prometido, entonces ese es su problema, no el mío.
—¿Estas celoso?

¿Para el registro? Nunca he estado celoso un día en mi vida. ¿Porque cuando los veo juntos no puedo decidir si quiero vomitar o darle un puñetazo en la cara — ella dice que son celos?

— No te hagas ilusiones.
—Sé que tienes esta cosa por mí, pero…

Espere un jodido minuto. Retrocedamos está mierda, ¿de acuerdo?

—¿Tengo algo por ti? ¿Lo siento, era mi mano agarrando tu entrepierna en mi oficina un par de meses atrás? Porque recuerdo que era al revés.

Y ahora está enojada. 

—Eres un bastardo a veces.
—Bueno, entonces encajamos perfectamente, porque eres una perra de primera clase la mayoría del tiempo.

Fuego baila en sus ojos mientras levanta su copa llena hasta la mitad.

—No te atrevas. Me echas esa copa encima y no soy responsable de lo que haga después.
Te voy a dar un minuto para adivinar lo que hace...

Sí. Me ha tirado la bebida.

—¡Maldita sea!— Agarro los pañuelos de su escritorio y limpio mi goteante cara.
—¡No soy una de tus putas al azar! Jamás vuelvas a hablarme de ese modo de nuevo.

Mi cara está seca, pero mi camisa y chaqueta están todavía empapadas. Tiro los pañuelos al piso. 

—No importa. De todos modos me tengo que ir. Tengo una cita a la que llegar.

Se burla. 

—¿Una cita? ¿No involucraría una verdadera cita conversación? ¿No será más bien que tienes un polvo rápido al que llegar?

Cierro mis manos alrededor de su cintura y tiro de ella. En voz baja le digo, 

—Mis polvos nunca son rápidos, son largos y minuciosos. Y debes tener cuidado, Lali. Ahora eres quien suena celosa.

Sus palmas se extienden contra mi pecho, y mi cara está a pocos centímetros de ella.

—No te soporto.
—El sentimiento es mutuo—, le digo rápidamente.

Y entonces estamos otra vez—mi boca, sus labios— unidos calientes y pesados. Mis manos están enterradas en su cabello, acunando su cabeza. Sus manos agarran la parte delantera de mi camisa, manteniéndome cerca.
Sé lo que estás pensando. Y, sí, al parecer discutir para Lali y para mí es similar a los juegos preliminares. Al parecer, consigue que nosotros dos nos pongamos a toda. Espero que alcancemos a llegar antes de que nos matemos mutuamente.

Justo cuando las cosas empiezan a ponerse buenas, hay un golpeteo en la puerta. Lali tampoco lo escucha o como yo, no le importa un carajo.

—¿Lali? Lali, ¿estás ahí?

La voz del hijo de puta corta a través de la lujuria que nos tiene pegados como pegamento. Lali se aleja. Me mira un momento, sus ojos culpables, sus dedos descansando en los labios que acabo de saborear.
¿Sabes qué? Que le den. ¿Parezco un maldito yoyo? Yo no juego con la gente —no me gusta que jueguen conmigo. Si Lali no puede decidir lo que quiere, voy a decidir por ella. Clávame un tenedor, he terminado con esta mierda.

Me acerco hasta la puerta y la abro ampliamente, dándole a Cabeza de Chorlito mucho espacio cuando entra.
Entonces sonrío. 


—Puedes tenerla ahora. He terminado.

Y ni siquiera volteo a mirar cuando salgo..

CONTINUARA...


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