viernes, 24 de abril de 2015

Tangled #27






CAPITULO 27

Cada nuevo asociado en Lanzani, Sierra y Riera consigue que redecoren su oficina. No somos la única firma con este tipo de política. Es un buen negocio. Hace que los empleados se sientan cómodos, como si una parte de la empresa perteneciera a ellos. Las opciones de colores y patrones de muebles no son ilimitados, pero en una empresa como la nuestra, la plataforma es muy vasta. Así es como conseguí mi inspiración. Cómo fui capaz de averiguar lo que Lali prefiere.

No le gustan los motivos florales, y gracias a Dios por eso. Le gusta las rayas, los diseño de cachemira y los tonos tierra. ¿Por qué te estoy diciendo esto, preguntas? ¿Qué tiene que ver con algo?
Recuerdas la bati-cueva, ¿no? Mi oficina en casa. Mi primogénito. ¿Mi espacio estrictamente sólo para pollas, para hombres? Bueno, ha sufrido un cambio de sexo. No, eso no es muy preciso. Ahora es más como una hermafrodita.
Observa.
Enciendo la luz y llevo a Lali hasta centro de la habitación. Luego desato el pañuelo.
Sus ojos se ensanchan. 


—Oh, mi…

Las paredes una vez borgoña son ahora de un majestuoso azul. El sofá de cuero inglés es historia. En su lugar hay dos sofás, a rayas en un cálido color marrón y el mismo fondo azul como las paredes. Mi escritorio fue desplazado a la izquierda—para hacer espacio para el nuevo escritorio color cereza que está situado a la par, lado a lado, como una novia y novio en el día de su boda. La ventana detrás de estos está enmarcada con cortinas en el mismo material que los sofás. Y la mesa póker todavía está en la esquina. Pero ahora tiene una dura cubierta marrón sobre si —para apoyar una planta grande y frondosa que descansa en la parte de arriba. Normalmente no me gustan las plantas vivas. Mi destreza en la jardinería es aproximadamente tan buena como la de Morticia Adams. Pero el decorador de interiores dijo que a las mujeres les gustaban. Alguna mierda sobre el instinto materno.

Increíble lo que puedes lograr en poco tiempo cuando tienes a tu disposición un decorador de interiores con un equipo de trabajadores y el dinero no es un problema, ¿no? Pero las cortinas son una verdadera maldición para colgar. Yo mismo lo hice —quería personalmente añadir unos toques. Y casi pongo la varilla a través de la ventana una jodida docena de veces antes de hacerlo bien.

Observo la cara de Lali con atención. Pero no puedo decir que está pensando. Está en blanco. Aturdida. Como un testigo de un doble homicidio.
Trago duro. Y comienzo el lanzamiento más importante de mi vida:

—Vi The Notebook otra vez.

Aún sigue siendo muy gay.
Sin embargo...

—Ahora lo entiendo. Por qué Noah hizo ese cuarto de arte para Allie. No fue porque era una coño, fue porque no tenía elección. Ella era para él. No importaba lo que hiciera, nunca iba a haber nadie más que ella. Así que todo lo que podía hacer era organizar el cuarto y rogarle a Dios que un día ella apareciera para usarlo. Y eso básicamente resume exactamente cómo me siento por ti. Así que hice esto — hago un gesto alrededor de la habitación — porque te quiero en mi vida, Lali. Permanentemente.

Sus ojos se posan sobre mí. Y están brillando con lágrimas.

—Quiero que te mudes aquí conmigo. Quiero caer dormido con tu cabello en mi cara cada noche. Y quiero despertar envuelvo en ti todas las mañanas. Quiero que pasemos todos los fines de semana desnudos. Quiero tener peleas limpias y sucio sexo de reconciliación.

Se ríe de ese. Y una sola lágrima se desliza silenciosamente por su mejilla.

—Quiero hablar contigo hasta que salga el sol, y quiero llevarte el cereal a la cama todos los domingos. Quiero trabajar mucho, interminables horas en esta oficina, pero sólo si estás aquí junto a mí.

Su voz es apenas un susurro. 

—¿Como una sociedad? ¿Cincuenta-cincuenta?

Niego con la cabeza. 

—No. No es un cincuenta-cincuenta. No puedes sólo tener la mitad de mí. Tienes todo de mí. Cien por ciento.

Respira profundo. Y muerde su labio. Y baja la mirada a su escritorio. Luego su cara se afloja.

—¿Dónde sacaste eso?

Es una foto de la boda de sus padres.

—Lo robé de tu oficina y lo copie mientras estabas en el almuerzo.

Sacude la cabeza lentamente. Y me mira de nuevo. Con admiración. 

—No puedo creer que hiciste todo esto.

Doy un paso hacia adelante.

—Sé que acabas de salir de una relación y yo nunca he estado en una. Y sé que tengo que decirte que si no estás preparada, eso está bien. Que podre ser paciente y esperar. Pero... si dijera esas cosas... estaría mintiendo. Porque...No soy un tipo paciente. Yo soy más un tipo de toma-al-toro-por-los-cuernos, aguanta-hasta-que-te-rompas-o-te-vuelvas-loco.

Ella ríe otra vez.

—Si esto no es suficiente, si necesitas algo más, dímelo. No importa lo que sea, lo haré. Por ti.

Cuando termino, solo se queda ahí. Mirándome.
Lame sus labios y seca sus ojos. 


—Tengo algunas condiciones.

Asiento cautelosamente.

—Sin mentiras. De verdad, Peter. Cuando me dices algo, tengo que saber que es la verdad. Que no tienes un motivo oculto.
—De acuerdo.
—Y ninguna otra mujer. Creo que soy muy aventurera en la cama cuando se trata de ti, pero soy monógama. No hago cambios. No hago tríos.

No hay problema. Mi pene sólo tiene ojos para Lali.

—Yo tampoco. Bueno, ya no. Quiero decir... de acuerdo.

Y entonces ella sonríe. Y es cegador. Luminoso.
Jodidamente incandescente.
Y camina hacia mí. 


—Bueno, Sr.Lanzani... parece que tenemos un trato.

Y eso es todo lo que necesito oír.
Me muevo como un resorte que hubiese sido estirado demasiado tenso y durante demasiado tiempo. Y antes de que Lali pueda tomar un respiro, la tengo aplastada contra mí — abrazándola, y levantándola de sus pies.
Nuestras bocas golpean juntas como dos imanes. Ella agarra mi camisa. Y mi lengua se desliza en su boca.
Jesús. El sabor de ella —mi memoria fue infamemente inadecuada. Me siento como un adicto de crack en recuperación que cayó en el vicio y nunca quiere salir.
Nuestras manos tantean el uno al otro. Es explosivo. Inflamable.

Arde, nena, arde.

Arrastro mis labios a través de su mandíbula. Ella inclina su cabeza para darme más espacio y ataco su cuello. Está jadeando. Ambos lo estamos. Mis manos están en su cabello, sosteniéndola como rehén. Y sus manos están en mi pecho rozando mis costillas y cintura. No tengo ninguna idea de cómo consiguió abrir mi camisa. Me alegra que lo hiciera. Deslizo mis dedos por su espalda hasta el borde de su vestido. Entonces acaricio debajo de él, ahuecando su suave y firme culo.
Debe estás usando tanga.
Masajeo y aprieto, presionando nuestras caderas. La boca de Lali sustituye sus manos, moviéndose a través de mi pecho y más abajo. Y empiezo a realmente perderlo. Tomo la parte trasera de su vestido con ambas manos y jalo —rasgándolo casi en dos. Como el increíble Hulk.

—Voy a comprar uno nuevo, lo juro.

Cae a su cintura. Y nuestros pechos desnudos se estrellan juntos.
Jódeme. Extrañaba esto. ¿Cómo en Cristo sobreviví una hora —deja aparte días— sin sentirla contra mí así? Demasiado malditamente largo.

—Dios, Peter.

Sus manos están ahora en mi espalda. Arañando y amasando. Mi boca está en su oído, demandando

—¿Cualquier ropa interior que tienes? Me voy a quedar con ella— Caigo sobre mis rodillas, abrasando el camino entre su pecho y estómago.

Lali jadea. 

—Eso podría ser un problema.
—¿Por qué?

Arrastro su vestido hasta el suelo. Y luego miro —fascinado—el coño desnudo de Lali.

—Porque no estoy usando.

Mi polla gime en agonía. Y luego levanto la mirada a ella. 

—¿Siempre vas de comando para las reuniones de negocios con los amigos?

Sonríe tímidamente. 

—Supongo que esperaba que me hicieras cambiar de opinión al respecto.

Por un segundo, estoy asombrado. Ella quería esto. Tanto como yo lo hacía. Y he perdido todo este tiempo comiendo Pollo Marsala, cuando podría haber estado comiéndola a ella.
Dios.
¡Maldita sea!
Sin otra palabra, me sumerjo. Como un niño probando su primer y delicioso sabor de pastel de cumpleaños. Hundo mi cara, mi lengua —en su coño. Su sabor es cálido y sedoso como azúcar líquido encima de pan de canela, pero más dulce.

Las rodillas de Lali colapsan, pero apoyo las manos en la parte baja de su espalda y deslizo sus piernas encima de mi hombro. Y entonces me recuesto en el piso para que ella se extienda sobre mi cara.
Como he soñado todas las noches.
Ella se retuerce y jadea encima de mí. Descaradamente. Y yo la devoro en un hambriento frenesí. Sus lloriqueos se vuelven más altos. Más fuertes. Su mano se extiende hacia atrás. Y acaricia mi polla encima de mis pantalones.

¿Has oído de dos pump chump? Bueno, si ella no deja de tocarme realmente pronto, va a obtener una vista panorámica de una.
Tomo su mano y entrelazo nuestros dedos juntos. Lali los usa como palanca a medida que gira sus caderas, frotando su hermoso coño contra mi boca. Se mueve una vez, dos veces... y entonces llega. Gritando entrecortadamente mí nombre.
Ella respira profundo cuando se viene. Luego se desliza sinuosamente sobre mi cuerpo hasta que nuestras bocas están alineadas. Y nos besamos. Es salvaje y brusco —toda lengua y dientes. Mis manos se empujan a través de su cabello, tirando. Sus caderas se mueven contra mi polla, y su humedad se filtra través de mis pantalones.

—Joder, Lali. Me voy a venir tan jodidamente duro.

Esperemos que en realidad esté dentro de ella cuando lo haga.
Ella gira su lengua alrededor de mi pezón antes de decirme


—Pantalones, Peter. Quitatelos.

Mis caderas se elevan del suelo mientras suelto el botón de los pantalones. Me las arreglo para empujarlos juntos con mis boxers hasta mis rodillas, pero estoy demasiado fuera de mi mente para sacarlos completamente.
Tomo sus caderas y la atraigo hacia abajo. Y mi polla se desliza sin esfuerzo dentro de ella.
Dios Todopoderoso.

Nos congelamos —nuestros rostros sólo a milímetros de distancia— nuestras respiraciones ásperas y entrelazadas. Mis ojos sostienen los de ella. Y entonces se mueve. Poco a poco. Atrayéndome casi totalmente fuera—antes de bajar de nuevo. Mi cabeza cae de nuevo y mis parpados se cierran.
Es perfecto. Divino.
Mis manos están sobre sus caderas. Ayudándola. Agarrándola con fuerza suficiente como para hacerle un cardenal. Y entonces ella se endereza, arqueando su espalda hasta que su cabello cepilla mis rodillas. Me fuerzo a abrir mis ojos, necesitando verla. Su cabeza está inclinada hacia atrás, sus pechos están en alto y sus labios están abiertos mientras gemidos eufóricos y palabras sin sentido escapan de ellos.

¿Alguna vez has leído sobre como las fotos de la esposa desnuda de un idiota se filtraron en internet? Nunca lo había entendido.
Pero ahora sí. ¿Porque si tuviera una cámara? Podría estar tomando fotos como un jodido paparazzi. Para capturar este momento. Para recordar cómo luce ahora Lali. Porque ella es así de magnífica. Más impresionante que cualquier obra de arte en el Museo del Louvre, más impresionante que todas las siete maravillas combinadas.
Se mueve más rápido, más fuerte. Y siento la presión construyéndose en mis entrañas.

—Sí, Lali. Móntame... justo así.

Sus tetas rebotan con cada empuje. Hipnóticamente. Y no puedo resistirme a saborearlas. Me siento y cubro una punta con mi boca, lamiendo y sacudiendo su pequeño y puntiagudo pico con mi lengua. Ella grita mientras sus piernas se aprietan en mi espalda —tirándome más fuerte— frotando su clítoris en mi sendero feliz.

Está cerca. Estamos tan malditamente cerca. Pero no quiero que termine. Todavía no.
Así que la hago rodar debajo de mí, acunando la parte posterior de su cabeza en mis manos, protegiéndolo contra el piso de madera, mientras descanso encima de ella. Los acogedores muslos de Lali se abren, y yo empujo aún más profundo dentro de ella.

—Oh Dios... Ay Dios...

El sonido de nuestros cuerpos golpeando y su voz entrecortada llena la habitación como una sinfonía erótica. La Filarmónica de Nueva York no es nada comparada con nosotros.

—¡Dios! ¡Oh Dios!

Sonrío mientras cojo el ritmo

—Dios no es él que te está follando, bebé.

Claro, estoy enamorado, pero aún sigo siendo yo.

—Peter...Peter... Sí...Peter!

Mucho mejor.
¿No creíste que iba a empezar ahora, arrojando enfermizas dulces, frases como papel higiénico? Lamento decepcionarte.

Además, me gusta la palabra follar. Implica un cierto nivel de calor. Pasión. Y es específico. Si el Congreso le hubiese preguntado a Bill Clinton si follo con ahora ¿cierto?
No importa mucho lo que dices cuando estás cogiendo de todas formas. O cómo lo haces. Lento y suave o rápido y violento —son los sentimientos detrás de la acción lo que quiere decir algo. Eso lo hace todo.
¿Dios, soy un iluminado o qué? ¿No estás orgullosa de mí? Deberías estarlo.

Doblo mis brazos y cubro su boca en un devorador, y áspero beso. Luego lamo mi camino a su hombro y, atrapado en el momento, muerdo. No con la fuerza suficiente para rasgar la piel, pero con suficiente presión para enviar a Lali sobrevolando el borde otra vez.

Enderezo mis brazos para poder observarla. Ella corcovea una vez más antes de ponerse rígida y tensarse debajo de mí. Los dedos de sus pies perfectamente pintados se curvan en el aire mientras llega. Sus músculos me aprietan con fuerza de la base a la punta, como unas manos desesperadas ordeñando un tubo de dentífrico desde abajo hacia arriba, sacándole hasta la última gota.
Mi cabeza rueda hacia atrás y mis ojos se cierran mientras gruño y maldigo. Y me siento indefenso —como un grano de arena en las garras de un tsunami. El placer sale por cada poro de mi cuerpo mientras llego con la fuerza de un maldito géiser.
Increíble.
Cabalgamos por la ola de éxtasis juntos hasta que ambos estamos jadeando por aire. Y entonces me desplomo encima de ella. Mi mejilla descansando en el valle entre sus pechos, mi estómago entre sus muslos. Y pocos segundos después, las manos de Lali llegan a mi espalda antes de bajar por mi espina en la más relajante manera.
Ahueco su rostro con mis manos y le doy un beso. Lentamente esta vez. Lánguidamente. Sus ojos fijamente en los míos. Pero ninguno de los dos habla. No lo necesitamos.

Y luego lo siento.
¿Has visto un caballo de carreras después de que se ha quedado atrás por un tiempo? Yo sí. Cuando regresan en la pista, es como si fuego disparase en sus venas. Sólo que ellos pueden correr y correr —innumerables vueltas— a la vez.
¿Ves adónde voy con esto?
Nos doy la vuelta así Lali una vez más está encima, sus rodillas extendidas sobre mis caderas, su cabeza contra mi pecho. Realmente deberíamos mover esto a la cama, el suelo está muy duro. Pero, por otra parte, yo también. Y eso prevalece.
Lali levanta su cabeza y sus ojos se ensanchan.


—¿Ya?

Elevo mis cejas. 

—Hemos perdido mucho tiempo últimamente. Al parecer a mi polla le gustaría compensar cada segundo de ello. ¿Juegas?

Roto mis caderas, y ella gime sólo un poco.
Tomaré eso como un sí.





CONTINUARA...

3 COMENTARIOS Y MAS 


PD: ME GUSTARIA QUE NO FUERAN TANTOS ANONIMOS EN LOS COMENTARIOS POR QUE NO SE SI ES UNA SOLA PERSONA O VARIAS BSS

PD2: ESTE ES UN NUEVO VIDEO LALITER QUE HE HECHO ESPERO QUE OS GUSTE 

https://www.youtube.com/watch?v=ZdozUhxCJhg






5 comentarios:

  1. Hola voy a empezar hoy a leer tus noves así que por ahi no comentó hasta llegar a la butak espero no te moleste besos

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  2. mass!! que bueno que se reconciliaron mass!!

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